La cumbre
superada el viernes santo tuvo 2 sorpresas, que se confirmaron a lo largo del
trayecto.
Primero que hizo un día excelente, a pesar de los miedos que teníamos de nubes
y precipitaciones, o viento frío que estuvo muy presente en la última salida. Y
segundo que vino una chica, desconocida para el grupo llévame pronto, pero con
gente conocida común según descubrimos durante la jornada.
El día empezó con el madrugón correspondiente, las 7am no son horas según dicen
las madres, pero ahí estábamos Abel, Cuca y servidora (el churrero, el cantaor y la cronista ) dispuestos a enfrentarnos con
la cima del día, una vez nos juntáramos con Oscar a medio camino de la
ruta.
Después de pasar el pueblo del Tiemblo, a algo más de una horita de camino, nos
dirigimos hacia el Castañar. La salida fue confusa pues paramos el coche en
mitad de una pista, pero vimos (ayudados ;0 ) que se podía seguir la pista
algún km más hasta el merendero donde decidimos establecernos. Gracias a un
pastor recio de la zona, conocimos todo los nombres de los picos pues el Mirlo
también se llama Pico Casillas o Traviés y nos animamos a
iniciar el ascenso.
La ruta empezó empinada, echando de menos los kms que hicimos con el coche
antes del merendero como calentamiento preparatorio. La subida empezó entre
bosques y luego continuó a despejada, dejando atrás los árboles, robles,
castaños y pinos, y sólo nos acompañaban matojos de brezos y mucha piedra. Tras
un ascenso tendido superamos la primera cumbre, que no era el Mirlo, sino una
hermana suya a la que denominamos "la paloma". Las vistas al valle
seguían siendo preciosas y el tiempo estupendo, nublado pero sin frío con lo
que animaba mucho a seguir con el trote continuo camino de nuestra cima de El
Mirlo.
En esta primera cumbre se hicieron fotos y repusimos fuerzas con agua y
barritas/geles. La cima del Mirlo se veía clara (su picota blanca desafiante),
y animados seguimos ascendiendo por la pista hasta la coronación.
Siiii, allí estábamos, prueba superada, la cumbre de El Mirlo era nuestra. A
1780m, tras unos 700m de desnivel positivo y unas 2h30 de ascenso, el reto
volvía a tener otra cima entre sus triunfos.
Fotos, banderas y besos de rigor, nos permitieron descansar un poco y pensar en
la bajada, que la haríamos por otra ruta alternativa.
La llegada al coche fue por un sitio más empinado, tipo cortafuegos con pedrera
e inclinación, pero igualmente disfrutando de una vistas espectaculares de la
comarca.
Atravesando los bosques encontramos la pista que habíamos recorrido con el
coche por la mañana, y unos km más hacia arriba llegábamos a nuestro destino
donde los coches esperaban tranquilos para llevarnos a casa a seguir
disfrutando del viernes santo.
Estirarse y despedirse, confirmando las sorpresas del día: temperatura
excelente para correr por los montes y, tenemos chica nueva en el equipo!!.
María Martos
Abel Ruiz
Javier Tomás
María Martos
Oscar Fernández
Grande María!! Una crónica muy bien narrada, no esperaba menos de ti... ;))
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